Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://adamfqyz506135.dm-blog.com/38609579/el-cabezazo-de-zidane-causas-ocultas